Nunca he tenido claro qué significaba la palabra moda o expresiones como ''estar a la moda'' más si cabe cuando una de las diseñadoras que nunca pasarán al rincón del olvido, Coco Chanel, advirtió aquello de que 'Todo lo que está de moda, pasa de moda'.
Redundancia al poder, sí, pero al mismo tiempo aquella frase me parecía una contradicción no muy acertada sobre todo cuando, a fín de cuentas, la tendencia de ahora y siempre es, ha sido y será la de que los bolsillos humildes se terminen fijando en aquellos de más nivel adquisitivo. ¿Por qué?
El caso es que diseños como los típicos cuadritos burberrys, los mocasines mates o acharolados, los lazos en las cabelleras de niñas de largos y lacios cabellos, acholdados con o sin mangas, barbours, zapatos de salón sobríos y un sinfín etcétera que siempre se termina diciendo que nunca pasan de moda (no sé si porque nunca se van o porque siempre vuelve ese estilo) engloban lo que para muchos podría entrar dentro de esa etiqueta de 'Moda' o 'Estar a la moda' así que ¿se equivocaba Coco Chanel? ¿O simplemente se confundieron los términos? Quien sabe.
El caso es que, quien más y quien menos, todos acabamos teniendo nuestros quebraderos de cabeza en un momento dado ante la pregunta de ¿qué me pongo? ¿iré bien así? Y más quebradero nos entra cuando sentimos esa inquietante sensación de angustia que nos genera el pensamiento de ¡No tengo nada que ponerme! cuando, si nos paráramos a pensar en el preciso momento que esa angustia nos invade y abriéramos nuestro armario, nos daríamos cuenta de que está lleno de ropa así que la pregunta clave, al margen de saber o no de modas, sería la de ¿qué está fallando en nuestro fondo de armario?
No hace mucho tiempo, en la Pasarela Cibeles, oí comentar que uno de los motivos que nos generaba esa sensación y, por ende, esa necesidad de consumo (en algunos casos, compulsivo) se debía a la falta de color en nuestro vestuario.
A mí me chocó el comentario quizá porque siendo como soy amiga de todos los colores siempre habrá amarillos pálidos, rosas chillones, verdes, negros y arcoiris varios en mi ropa y no me parecía suficiente aquella explicación así que, pensando pensando, se me ocurrió que quizá era también una cuestión de materiales, telas, complementos, estampados y todo lo que me antojara echarle al caldo de cultivo 'pret a porter' que se estaba cociendo en mi cabeza.
Lo gracioso y paralizante al mismo tiempo es que llegué a un punto en el que tanta moda estaba llevándome al bloqueo absoluto cuando yo nunca había tenido duda alguna sobre al respecto de qué ponerme y fue cuando pensé que si yo, que siempre había sabido qué comprarme y a precios asequibles, empezaba a tener dudas, ¿qué era de aquellos que no tenían un estilo o ideas claras y definidas? Y, ¡voilá!, se me ocurrió crear este blog.
Espero que encontreis ideas y que ¡también las aporteis!
